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Fortunata y Jacinta, es una novela de Benito Pérez Galdós, publicada en el año 1887 y de acuerdo a la opinión mayoritaria de la crítica literaria, se considera como la mejor novela de Galdós, y una de las más populares que representa legítimamente al realismo literario español y a la novela española en el siglo XIX.

La historia gira en torno al personaje de Juan, a quien apodan Juanito" o "El Delfín", quien es hijo único en una adinerada familia perteneciente a la burguesía madrileña de finales del siglo XIX. Cuando era estudiante, el joven lleva una vida con bastante libertinaje. Mientras visitaba a Plácido Estupiñá, amigo de la familia, conoce y se enamora de Fortunata, hermosa joven que viene de una situación económica humilde. Juan la seduce y se convierte en su amante, pero se aburre de ella y desaparece de su vida.

Posteriormente, su madre decide que se case con su sobrina Jacinta, a quien le cuenta durante la luna de miel, sus aventuras en los barrios pobres de Madrid, hablándole de Fortunata. Pasa el tiempo y Jacinta está impedida de tener hijos; obsesionandose ella y el resto de la familia con el tema. Entonces, Juan se encuentra a Ido del Sagrario, un pobre al que invita a su casa para mofarse de él. Ido del Sagrario, le comenta a Jacinta que sabe dónde hay un hijo de su esposo y de Fortunata. Jacinta, se ilusiona con la idea de adoptar al hijo de su esposo, lo cual hará luego de consultarlo con su vecina, Guillermina Pacheco.

Por eso, ambas mujeres van por el niño, llamado "el Pitusín", cuyo tutor es José Izquierdo, casualmente tío de Fortunata, al que terminan comprándole el niño. Cuando Jacinta lo comenta con su marido, se entera que es una farsa de Juan Izquierdo, porque Juan había tenido un hijo con Fortunata, pero este murió cuando él se casó con Jacinta. El niño comprado, es internado en un hospicio.

Por otra parte, Fortunata ha vivido con distintos hombres de muy mala calaña. Permaneció un tiempo en Madrid y Barcelona y uno de sus últimos amantes la llevó a París. Cuando regresa a Madrid, Feliciana, una amiga suya, la acoge en su casa. El novio de ésta, Olmedo, estudia Farmacia y un día lleva a casa de Feliciana a Maximiliano Rubín, un compañero de estudios, quien se enamora perdidamente de Fortunata y le propone que sean amantes, lo que Fortunata acepta, sabiendo del aspecto poco agraciado de Maximiliano y su carácter débil y obsesivo.

Su nuevo amante vive con su tía, Doña Lupe, una viuda avara que ha hecho fortuna gracias a la práctica de la usura. Cuando Maximiliano se casa con Fortunata, su tía y sus hermanos mayores, Juan Pablo y Nicolás, aceptan esto a condición que Fortunata viva una temporada en un convento para que se reforme. Durante su estancia en el Convento de las Micaelas, Fortunata queda convencida que casarse con Maxi es lo mejor que puede hacer para vivir honradamente. A posteriores, celebra su boda con Maximiliano.

En todo este tiempo, Juan supo regreso de Fortunata a Madrid y vuelve a enamorarse de ella. Decide alquilar el piso contiguo, y compra a la criada de los recién casados para hacerle una trampa a Fortunata y conquistarla de nuevo. Fortunata, engaña a su marido con Juan a pocos días de la boda, abandonándolo al poco tiempo, quien vuelve a vivir con su tía Lupe mientras Fortunata es la mantenida de Juanito.

Con el tiempo, Juan se vuelve a cansar de Fortunata, a quien la nota bella pero sumamente tosca e inculta. La abandona de nuevo, cuando su esposa se entera que tiene una amante. Fortunata se consigue en la calle a Don Evaristo Feijoo, elegante coronel retirado de avanzada edad y amigo de su cuñado Juan Pablo.

Tras una breve amistad, Feijoo le propone a Fortunata ser su mantenida, implicando que la pareja pase una temporada feliz, desde la que Feijoo siente que está muy viejo y decide resolver el futuro a Fortunata antes de fallecer, aconsejándole volver a casa de su marido y convenciendo a Maxi y su familia, que acepten a Fortunata de nuevo.

Fortunata vuelve a vivir con Maxi y Doña Lupe a una nueva casa cercana a la Farmacia de Samaniego, en la que Maximiliano trabaja como ayudante de botica. En este periodo, Fortunata se integra fácilmente en la familia Rubín, haciendose amiga de Aurora Samaniego, hija del patrón de Maxi, y gozando de las atenciones de Severiano Ballester, gerente de la botica.

La salud de Maximiliano decae, comenzando a sufrir ataques de locura en los que acusa a su mujer de engañarle con otro hombre y a su tía de querer envenenarlo. Fortunata se entera que su amiga Mauricia está enferma, y la visita junto con Doña Lupe. Esta yace moribunda en casa de su hermana Severiana, en el mismo edificio donde vivió Ido del Sagrario y José Izquierdo.

Doña Guillermina y Jacinta, son benefactoras de Mauricia y sus vecinos. Jacinta y Fortunata, se encuentran cara a cara en casa de Severiana. Fortunata, a pesar de admirar la elegancia y carácter de Jacinta, le grita que es Fortunata y la empuja bruscamente.

Al día siguiente, Guillermina Pacheco convence a Fortunata que no debe causar más problemas a Jacinta y olvidarse definitivamente de Juan. Pero esta confiesa a Doña Guillermina que se considera la auténtica esposa de Juan, porque lo conoció antes que lo hiciera Jacinta, y la única que pudo darle un hijo. Jacinta escucha esta conversación sin que Fortunata se percate, pero cuando Guillermina se da cuenta de esto, las dos jóvenes se enzarzan en insultos llamándose ladrona la una a la otra.

Al tiempo, Juan y Fortunata reinician sus relaciones, buscando esta quedar embarazada de Juan para legitimar su posición como auténtica esposa del "Delfín", pero este se distancia de nuevo. Fortunata convierte a Aurora en... [continua]




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